Fernando Reyes Matta

¿Cuán lejos de aquí está Myanmar?

Fernando Reyes Matta Ex embajador en Nueva Zelanda y China, profesor de la UNAB

Por: Fernando Reyes Matta | Publicado: Viernes 1 de abril de 2016 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Fernando Reyes Matta

Fernando Reyes Matta

Casi nadie lo supo en Chile, pero a mediados de enero el ex presidente Ricardo Lagos estuvo en Myanmar (la ex Birmania) para contribuir al diálogo entre militares y líderes democráticos, inmersos en la transición política en ese país. Fue una gestión encargada por la Unión Europea a través del Club de Madrid y la conversación programada por veinte minutos duró una hora y media con el comandante en jefe, Min Aung Hlaing.

Como dijo un comunicado oficial, sostuvieron una reunión privada donde el ex mandatario chileno se refirió a los desafíos de esa transición, haciendo clara referencia a la necesidad de “una modificación de los artículos controvertidos de la actual Constitución, así como la adopción de medidas de descentralización”. Aquella Constitución reserva una presencia importante de los militares en el Parlamento, con capacidad de veto a ciertas leyes y reformas, y también determina que el Presidente del país no podrá tener vínculos familiares con el extranjero, una disposición hecha sólo para impedir que la líder y Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, asuma el poder: estuvo casada con un inglés y sus hijos tienen pasaporte británico.

Aquella conversación con Lagos fue de mucha franqueza. El Comandante Min señaló que las condiciones del cambio democrático ya estaban enunciadas en la Constitución. Observó que había decidido cooperar con el gobierno civil, haciendo alusión a la idea de que él también podría haber decidido no hacerlo. Y agregó, como se ha escuchado en tantas partes, que todos los países han tenido transiciones diferentes y ahora Myanmar debía hacer lo suyo. Por cierto, agradeció que Lagos hubiera viajado de tan lejos para entregar su testimonio tras vivir los años de la transición chilena.

El momento del cambio llegó esta semana. Tras dejar atrás más de 50 años de gobiernos militares, asumió el presidente Htin Kyaw, mano derecha de la líder del movimiento democrático, la misma que en su lucha tenaz logró que el Parlamento tenga ahora una mayoría de la Liga Nacional para la Democracia (NLD). Suu Kyi no podrá ser presidenta, pero ya juró como poderosa ministra de cuatro carteras: Relaciones Exteriores, Electricidad y Energía, Educación y Oficina de la Presidencia.

Nada será fácil. Las palabras del nuevo presidente –subrayadas una y otra vez por la Premio Nobel– suenan cercanas: “Tengo la obligación de trabajar para lograr una Constitución que tenga normas democráticas y sea adecuada para el país”. Myanmar es uno de los países más pobres del mundo, con una cultura y una belleza de siglos. Allí llegó Neruda en sus andares juveniles como cónsul, allí conoció el colonialismo que desde el siglo XIX hasta 1948 dominó el país. En Rangún escribió buena parte de su Residencia en la Tierra.

Cuando Aung San Suu Kyi cumplió 60 años en 2005 se encontraba arrestada por años en su casa, aislada del exterior. Fue el momento de una declaración firmada por el Primer Ministro de Suecia, la Primera Ministra de Nueva Zelanda, el Presidente de Sudàfrica y el Presidente de Chile llamando a su liberación. Aquella iniciativa, promovida desde Santiago, tuvo un fuerte impacto internacional, publicada en inglés, español y francés en grandes diarios de influencia mundial. Pero los hechos siguieron casi igual. Por ello, en 2009 la presidenta Michelle Bachelet condenó que, tras un breve levantamiento, Suu Kyi volviera al arresto absoluto señalando que aquello era “un nuevo atentado a los derechos humanos universales y pone de relieve la arbitrariedad con que actúa el régimen militar birmano”.

Ahora Chile puede acompañar a la distancia esta nueva etapa en Myanmar. Cooperar y unirnos a la comunidad internacional que busca lo mejor para aquel país. Myanmar es como Cuba que comienza a avanzar hacia un nuevo tiempo. Si lo hacemos, demostraremos que miramos al Asia no sólo como destino de legítimos intereses económicos, sino también como región donde hay espacio para mostrar nuestros valores en el devenir internacional.

Lo más leído